En segundo año emprendimos viaje con el colegio a misiones. Estaba experimentando, mi primer novio, mi primer beso, mi primer sexo. El lugar era un camping con cabañas. Chicos con chicas y chicos con chicos. En la noche nos escabulliamos, traficando alcohol y cigarrillos. Las cabañas se volvían clubes nocturnos con entrada por lista. Todo terminaba al amanecer, nos seteabamos la alarma o los temerarios sin nada. Mi mamá me leía los chats de facebook, mi padre me contó que estaba preocupada porque yo le había preguntado a un compañero cuántos hijos quería tener. En las matinée nos tocaban el culo,vendíamos chapes a $5, nos vestíamos con tops con estampados de piñas o bananas y polleras plato de cuerina o esa tela que se estira que no es algodón con panchas en los pies. Me emborraché por primera vez el mismo día que mi madre estaba pariendo a mi hermana, nos tomamos un doctor lemon de maracuyá cada una con mi mejor amiga, nos sacamos fotos y reímos. Practicaba encerrada en mi cuarto