luna roja noches blancas

 Hace 24 horas no duermo.  llegue a mi casa, con la nariz fría, el pelo con olor a cigarrillo, mojada, con las rodillas sangrando, el pelo de mi ex en el bolsillo y con un corazón de un cuis en la cartera.

Me pase todo el día  peleando con Romina, intentando convencerla de que no se una a un culto que encontró una de sus amigas en Facebook. En nuestro pueblo a las afueras de la capital  es muy común, de hecho nosotras nos conocimos en una secta, tuvimos que escapar despues de que le dijeran a Romina que tenia que tener un bebe y darlo como ofrenda. A mi no me lo pidieron, creo que me salve porque ella es mucho mas hermosa: tiene el pelo largo lacio negro, unos particulares ojos dorados y lo mas importante para mi es que siempre huele a jazmín.

 Me dijo que esta herejía era solo de mujeres… castas. Ahora que lo pienso  lo unico que queria romina era nunca mas tener a nadie dentro suyo, yo solo entraba a estos grupos porque no tengo familia y soy drogadicta , en vez de estar en la cárcel por robar un supermercado  prefería vender mi cuerpo a lo esotérico además siempre había drogas.

 Es la primera chica con la que estuve ,ella era lo único que necesitaba ,nosotras podríamos ser el dios de la otra, podíamos ser nuestra familia, nuestro reino, nuestro dogma.

 Romina estaba dormitando en su cuarto.Dispuesta a todo por ella, prepare la mesa con velas,vino, sal, corte mi mano y en un frasco almacene mi sangre, distribui todo como pude y en el medio coloque el corazón de cuis.Esto tenía que ser, era la solución no había otra opción. Aspire una línea en el baño y me quede sentada al lado suyo esperando que se levantara. 

  • qué es ese olor a quemado, me dice Romina.

  • veni mira 

Entramos al living, Romina me besa y abraza, empieza a sollozar. No entiendo nada de lo que dice .Yo no podía llorar pero quería hacerlo, lo había logrado, ella no se iba a ir. Hicimos el amor y después de un rato tiradas  me dijo que tenía que llamar a la amiga, decirle que no iba a ir, que se iba a quedar conmigo: ya vengo, te amo. Muy contenta decidí seguir tomando cocaina, la espere y la espere y la espere, se hicieron las 6 de la mañana y Romina nunca apareció. No se por que la espere tanto, me hubiera servido  que esta vez me pegue la paranoia pero de alguna forma pensé que tenía su cielo comprado y su final era en mis brazos.

Agarre mis cosas entre ellas el corazón de cuis, di una vuelta al barrio, quise ir a ver el teléfono más cercano, estaba descolgado o era una casualidad o romina en verdad había pasado por acá. Seguí pateando y llegue hasta el río, unos chicos  estaban agrupados a las orillas, empiezo a gritar si vieron a alguien pasar, se fueron corriendo, decidí correr también, llegando al horizonte, lo veo, veo el cuerpo de romina, desnudo, le faltaba su pelo largo, estaba todo cortado igual que sus brazos pero estos  estaban cubiertos con retazos de ropa. No lo pensé, intenté como pude alzarla, fue muy difícil caí de rodillas al pavimento una y otra y otra vez, hasta que llegamos al departamento, aspire tres líneas más y empecé a limpiar su cuerpo, cubri los cortes y la acosté en la cama, me quedé un rato con ella, ordene el departamento, llame a la policía y me fui. 

Todo el pueblo se entero pero nadie dijo una palabra, la policía nunca me vino a buscar y yo al tiempo me mude de provincia. Conocí a una señora que me dijo que podía trabajar para ella en la esquina, no salí de las drogas ni volví a estar con alguien excepto por trabajo. Un día tomé de más y tuve un infarto, estaba sola y sin poder llamar a nadie, agarre entre mis manos el mechón de pelo y el corazón de cuis, había prometido que siempre lo tendría en el bolsillo de mi pantalón. Mientras sentía como mi corazón se iba deteniendo, veo a Romina, agarrarme entre sus brazos: gracias mi amor. 


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