reflexión sobre maternar
mi madre nunca quiso ser madre
lo noto cuando se toma dos litros de cerveza y solo así puede jugar con mi hermana, solo asi puede reirse de ella, aunque eso es un suposicion mia. Me proyecto, lo que si se es que el tacto de mi madre es duro es violento es opresor es tonto, sus juegos están rodeados del hedor que sale de su boca quemada por el alcohol
el olor de la cerveza me da nauseas, uno de mis recuerdos de niña vinculados a mi madre, son botellas de quilmes, Schneider o iguana , me dejaba probar su espuma, metia los dedos en el vaso y sentía ese sabor que supo gustar a mi yo infante.
Aunque mi relación con ella solo me cause dolor, ese recuerdo se siente cálido simbiótico.
soy un accesorio de mi madre
ahora que lo pienso el camino más fácil de una madre es percibir a su cría como producto, es un instrumento capaz de ser modelado a gusto, vas a poder reflejarte, un objeto. Es tan fácil como bloquear cualquier tipo de necesidad biológica de la cría, no existe comunicación recíproca, hasta cierta edad dejas de ser producto y sos un mamífero, para ella el horizonte cambio aunque haya estado claro desde el comienzo. La compañía obtiene personalidad que por si fuera poco no sabe como llego, de donde vino, obra del azar quizás.
vuelvo al mundo, las escucho reír a ella y a mi hermana, la risa de mi hermana es ejercitada está alerta a la alegria de mi madre, es una sonrisa casi actuada le deben doler los cachetes, la risa de mi madre no es cómplice, es su persona desinhibida , llega a estas horas con la risa fácil las lágrimas brotadas los ojos empañados, el cuerpo pesado.
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