relato para un concurso que no gane sobre el ego
Una noche de Febrero nos encontramos en la esquina de Corrientes y Callao, creo que nunca me voy a olvidar de verla cruzar la avenida con una sonrisa, el beso, la unión, la calle fría.
Particular de mi parte sentir tanta emoción ya que odio interactuar en mi lugar de origen, siento que se todo, juzgo la predisposición del aire , la densidad de la niebla y la amargura de los transeúntes, pero en ese momento Valentina era especial, su naturaleza psiquiátrica dominante me cautivó los sentidos y mi lugar de origen eran sus ojos.
La caravana siguió hasta un teatro adentrado en San telmo, maravilloso arte queer, expresividad y éxtasis. Reacciones nerviosas van y vienen en esta especie de rave turbulenta. Me abstraigo, estoy sola, emanando un campo de protección, después de unos minutos saltando con las ratas drogadas frenéticas.
Ruido blanco, una voz jadeante ,
se nos acerca a nuestro círculo íntimo fraccionado
una mujer sin remera,
habla con Valentina, no habla conmigo.
La besa, dentro mio solo escuchaba sollozos, mientras ellas frotaban sus cuerpos.
Vi como se descosía la unión.
Te vi desentrañar la trama de nuestro vínculo.
Juzgo, otra vez, mi nula capacidad para protegerme.
Visualice como mi mente se iba dispersando sobre el espacio durante la escena , entró en un modo automático de reserva de energía. Terminó el track, casi como si el destino me diera la señal de salida del escenario. Me fui, también lo mire morir paulatinamente, al ego.
Comentarios
Publicar un comentario